martes, 9 de marzo de 2010

No dejes que sean solo leves recuerdos...


"No dejes que sean solo leves recuerdos de aquellas películas en blanco y negro que te vieron crecer..."
Películas en las que podía observarse la diversidad de personas de diferentes culturas que paseaban por aquellas avenidas; avenidas tan extensas como el conjunto de todos los pasillos que unen las estaciones de metro; metro que envuelve al turista como si se tratase de un laberinto, regalándole estrés o alivio y sobre todo el buen sonido de aquellas bandas, grupos o solistas que incansables deleitan a éste con su maravillosa música.
Una música que acompaña durante la estancia por la gran cantidad de barrios, desde lo más peculiar y artesanal al pasear entre los mercadillos de Candem hasta las mejores bandas sonoras que se escuchan en los lujosos teatros de la zona del West End; teatros que rebosan arte y cultura a través de la representación en primicia de los más innovadores musicales que acogen a una inmensa cantidad de público; público que llena los numerosos museos codeándose con los más celebres artistas e intelectuales, como el Madame Tussauds.
Sin dejar de sorprenderse con los espectaculares y coloridos carteles publicitarios, los caminantes se pierden en el interior de los característicos taxis que no dudan en detenerse en uno de los casi excepcionales y más famosos pasos de cebra de Abbey Road. Aquella foto de Los Beatles que se inmortalizó en numerosos cuadros hoy expuestos en los escaparates siendo el centro de todas las miradas. Cuadros en los que suele destacar el tono rojizo de las cabinas tan típicas que ocupan gran parte de sus aceras. Aceras donde poder posar junto a los “risueños” guardias que te recuerdan a los diminutos soldaditos con los que jugabas cuando eras niño, siempre fieles a su papel de responsabilidad; responsabilidad que aún superan sus compañeros del Buckingham Palace, famosos ellos por sus cambios de guardia, acompañados de una altiva mirada bajo el exuberante casco que les impide disfrutar de los momentos soleados y ocupándose de protegerlos en los lluviosos, ¡qué no son pocos!
Y es que su cielo se tiñe de una gran gama de azules celestes y tonos blanquecinos aportados por unas nubes que parecen tener vida propia, a las que poder dar millones de interpretaciones imaginando todo tipo de figuras; unas figuras que solo el Támesis sabe como ningún otro río reflejar en sus caudalosas y tranquilas aguas. Aguas cubiertas por los grandiosos puentes de los que presume: Westminster sea quizás uno de los más visitados. Desde él podrás fotografiar el cuerpo dorado envejecido en contraste con el tono plateado que encabeza y extiende hacia el cielo, de uno de los edificios por excelencia que visten de elegancia a una ciudad como esta. Es precisamente el Big Ben el elegido para cerrar este bonito viaje que ha sido solamente fruto de tu imaginación.
(…)Hazte ahora protagonista de ellas dándole color a tu vida y disfrutando de la magia de una ciudad como Londres.

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